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Hablemos de racismo: LA CANCIÓN DE SALOMÓN de Toni Morrison. Mi experiencia en EUA.

«Who in novels characterized by visionary force and poetic import, gives life to an essential aspect of American reality.» (Nobel Prize, 1993)

La canción de Salomón es una novela que te hace reflexionar profundamente. Que te abre la mente y te hace conocer nuevas perspectivas a través de su realismo mágico. Esta entrada, más que una reseña, se trata de compartir mis reflexiones y conclusiones que he sacado mientras leía la obra de Morrison. Antes de empezar, es indispensable saber que Toni Morrison es una escritora estadounidense quien en sus novelas se compromete a luchar contra la discriminación racial y a favor de los derechos civiles.

El argumento dice así:

A medio camino entre la fantasía mítica y la cruda realidad de los guetos negros en los años sesenta, La canción de Salomón narra la historia familiar de un próspero hombre de negocios que ha tratado de ocultar sus orígenes para integrarse en la sociedad blanca. Pese a sus esfuerzos, su hijo decide tomar el camino opuesto. Lejos de rehuir a sus iguales como hizo su padre, entrará en un círculo de gente dispuesta a reaccionar contra la violencia de los blancos y emprenderá un viaje en busca de un tesoro que habrá de conducirle a los orígenes de su raza. Una magnífica saga familiar a lo largo de tres generaciones.

La narración

Antes de empezar con mi reflexión, me gustaría mencionar el magnífico arte de narrar de Morrison, una autora que sin ningún tipo de miedo se mete en argumentos muy complejos y muchas historias familiares nada corrientes, y es capaz de crear un pasado y un presente para cada uno de ellos sin dejar un cabo suelto. Lo mismo sucede con los personajes, protagonistas de estas historias familiares, con una profundidad inesperada en este tipo de obras con múltiples caracteres. Todos están diseñados a la perfección, con sus historias, sus confrontaciones, sus deseos.

Hablemos de racismo

Este verano tuve la oportunidad de hacer la clásica ruta 66 acompañada de mi pareja: un viaje largo que empezó en Chicago y termino en Los Ángeles. Tuvimos, pues, que cruzar un total de ocho estados que forman parte de lo que nosotros llamábamos la America profunda: Illinois, Missouri, Oklahoma, Nuevo México, Arizona, Utah, Nevada y California.

Durante el viaje, no vivimos ningún episodio evidente de racismo (es decir, peleas, insultos, etc) pero la realidad es que éste se percibía claramente en el ambiente de cada estado. Hasta la fecha, ni Adrià ni yo éramos conscientes de la gravedad del asunto, de lo real que es el tema del racismo en Estados Unidos. ¿Cómo lo vivimos?

Nos sorprendió el alto porcentaje de gente negra en Estados Unidos. Sabíamos que era un porcentaje alto antes de venir pero quizás algo como 50% y 50%, no 75% y 25%. Como cinéfilos y aficionados a la cartelera de Hollywood, es la visión que te ofrecen de Estados Unidos, donde la mayoría de actores y actrices son blancos a excepción de tres o cuatro bien consolidados. En este punto, ya entendimos que Estados Unidos es enorme y que hay muchas cosas todavía por contar y cosas que no se cuentan.

También esperábamos que la población negra conviviera con la población blanca, pero esto no es así. En ciudades como Sant Louis toda la población es negra y en ciudades de Texas toda la población es blanca, por ejemplo. En mi opinión, esta segmentación también se trata de un episodio de racismo, el hecho de que las dos razas se separen por ciudades. Las excepciones, claro, son ciudades grandes como Chicago, Nueva York o Los Ángeles, pero esta reflexión se basa sobretodo en nuestra experiencia en los estados más interiores y despoblados. Esta segmentación también era presente en los locales: en restaurantes donde el personal era blanco, solo había clientes blancos y viceversa. Normas no escritas que sin duda nos sorprendieron y nos marcaron durante el viaje.

A su vez, el patriotismo de la gente blanca de estos estados interiores es exagerado. Un ejemplo fácil para entenderlo es sencillamente ver como la mayoría de los votos que coronaron a Trump con mayoría absoluta procedían de estos estados interiores: Texas, Oklahoma, Kansas, Missouri. Es raro no ver una enorme bandera de Estados Unidos en las parcelas de sus casas. Se trata de los blancos sureños muy conservadores, conocidos popularmente como rednecks.

La guerra, pues, entre los blancos y los negros en estos lugares de Estados Unidos realmente existe. Y sobretodo, una guerra que es presente en el día a día de estas personas. La gente es CONSCIENTE de la separación de razas y viven con ello. La palabra racismo forma parte de su pensamiento y vocabulario de su día a día, mientras aquí en Barcelona, por ejemplo, no es un tema del cual seamos plenamente conscientes. Por supesto que sigue siendo igual de despreciable la cantidad de prejuicios y comentarios racistas que vivimos en nuestra ciudad pero no nos levantamos pensando «soy blanco, tengo ventajas en esta sociedad, o soy negro, tengo desventajas en esta sociedad», cosa que pasa en los estados interiores de Estados Unidos y cosa que Toni Morrison plasma a la perfección en su historia.

Macon Muerto VS Lechero Muerto

Macon Muerto trata de este padre de familia que con tal de ser aceptado en la sociedad blanca, es racista con su propia raza. Porque sí, ya sabemos que algo incluso peor que el racista es el racista negro. Por otro lado, su hijo Lechero Muerto, sentirá curiosidad por sus orígenes y conoceremos su viaje hasta llegar a las raíces de su familia.

El tema importante aquí es la CONSCIENCIA de la que hablábamos antes. Para mí, es una palabra clave en el racismo de los Estados Unidos y en la novela de Morrison, la consciencia de raza. La familia Muerto es de un estado interior donde el racismo es brutal y la separación de razas es casi obligatoria, hasta el punto que los propios negros lo aceptan. Por ejemplo, hay un sitio donde solo pasan las vacaciones los blancos y los negros hasta lo respetan. Esta concienciación de razas es una cuestión de educación, igual que lo es el machismo, por ejemplo. Desde que naces, te educan y te hacen crecer en unos círculos para que interiorices que los negros son inferiores a los blancos y con más desventajas en la sociedad, y tú como negro, creces con esta idea y lo aceptas como parte de tu existencia. Porque ves que sí, que es real que los negros están marginados y que los blancos tienen más oportunidades que tú.

Por lo tanto, al llegar a una edad mínimamente adulta tienes dos opciones: o sigues aceptando esta condición, lo cual deriva al racismo de tu propia raza como le paso a Macon Muerto, o te lo cuestionas, te rebelas y luchas por tus derechos. En este caso, me gustaría poner de ejemplo a Guitarra, otro personaje muy importante en la novela. Guitarra tiene una manera radical de rebelarse que se basa en la venganza y la violencia. Guitarra se une a una especie de secta llamada los Siete Días, compuesta por siete miembros a cada uno de los cuales se le otorga un día de la semana. Cada vez que en los periódicos o en la televisión aparece un crimen hacia un negro, el clan practicará el mismo crimen, con los mismos objetos y la misma manera de morir, a un blanco aleatorio. Si el asesinato fue cometido en jueves, la persona que personifica tal día será el encargado de cometer el crimen.

Esta organización es un ejemplo radical de rebeldía hacia el racismo que sufren. Guitarra y su clan son personas que viven sus días condicionados por su raza, siendo conscientes de que ELLOS son negros y los OTROS son blancos, y en cada conversación que tienen es imposible no sacar el tema del racismo.

El punto medio lo encontraríamos en Lechero, quien a diferencia de su círculo, no siente el peso de ser negro encima como los otros, no tiene consciencia tan fuerte de su raza, y decide indagar en el pasado y descubrir los orígenes de esta familia tan diversa.

Toni Morrison, pues, nos abre la mente y nos ofrece una nueva perspectiva del racismo contada desde la propia raza negra y no desde la de los blancos. A mí, personalmente, me ha hecho reflexionar mucho y desconozco si he logrado con éxito hacer entender mis pensamientos. Creo que no había mejor momento para mí para leer a Morrisson, justo después de este viaje, ya que la novela ha confirmado mi experiencia en Estados Unidos y me ha hecho ponerme en la piel de la población negra que vive en la America profunda, una población que todavía vive demasiado condicionada por su raza. Aunque el libro fue publicado en 1977, hay aspectos de la novela que al leerlos piensas que siguen igual y esto da escalofríos. Un libro totalmente recomendado y un trabajo fantástico de Morrison para plasmar la discriminación racial de Estados Unidos que, desafortunadamente, sigue siendo el principal tema social del país.

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La canción de Salomón (CONTEMPORANEA)

Atentamente,

The Lord of the Books

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