El tortuoso camino del superhéroe para llegar a algo aceptable de ver
Bateas enormes de redes finas. Hay géneros en la cultura general que hay que filtrarlos tanto, depurarlos tanto para encontrar pepitas de algún valor, que el esfuerzo resulta titánico, digno de un auténtico héroe.
Y sucede precisamente así, con los ‘superhéroes americanos’… ese género. ¿Cosas interesantes de valor más allá de la comercialidad burguer? Claro, cada vez se esfuerzan más por mostrar el lado oscuro, humano y errático para aportar algo más que el estereotipo. ¿El problema? El tortuoso camino hasta llegar a esa meta, si es que se llega.
El cómic norteamericano ‘Invencible’ de Robert Kirkman (se agradece por cierto que el guionista sea el mismo encargado de la traslación a la serie animada) y Cory Walker al dibujo, y que acaba de ser trasladado a la pequeña pantalla como punta de promoción de una plataforma digital, fue llevado a los altares del mundillo por ‘transgresor’ y casi ‘antisistema’ o ‘antihéroe’, a lo ‘Watchmen’ pero sin llegar a esas cotas tan altas ni muchísimo menos (no hay un europeo detrás).
El caso es que hay un virus clásico en todo aquello ‘transgresor’ o ‘indie’ que se pretende hacer al otro lado norte del Atlántico. Se cree que para transgredir un género o un sistema es suficiente con añadir un poco de sangre violenta o un girito de guión ‘maligno’. Vendría a ser como desayunar cuatro donuts, comer unas costillas grasientas untadas en nocilla y jugar con el regalo infantil del macmenú para luego decir al camarero que no quieres postre porque estás a dieta. Efectivamente, un girito hacia algo saludable y hasta transgresor con el colesterol es siempre una buena idea, pero las costillas y los donuts ahí quedan.
‘Invencible’, como tanto otro amago ‘indie’ o ‘alternativo’ norteamericano (me vienen a la mente ‘Pequeña miss Sunshine’ o ‘Juno’… o ‘Joker’ por no irse tan lejos) intentan ofrecer algo transgresor al sistema pero ‘dentro del sistema’, por lo que la transgresión acaba no siendo tal. Me explico mejor: para presentar una vuelta al género de superhéroes a través de un crimen y una ruptura de estereotipos, estás obligado a pasar por una odisea en el desierto a base de horas de: relaciones adolescentes de Insti, relaciones paterno filiales de las de pasarse la pelota de beisbol, relaciones amorosas de ‘Crepúsculo’ y así con casi todo. ¿Merece la pena tanta penuria para llegar a las pepitas de valor? Eso tendrán que juzgarlo ustedes.
La animación está lograda, las tramas están bien construidas y el giro de superhéroe a supervillano con intriga no está mal. Un amago de transgredir el género de superhéroes norteamericanos… protagonizado por superhéroes norteamericanos. Un antisistema corredor de bolsa, un vegetariano pidiendo en un burguer, una tarta de chocolate y luego café con sacarina.
El objetivo, la intención es buena, otra cosa es que el trayecto merezca la pena…