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MANIAC

Tenía claro que quería hablar de MANIAC pero no encontraba la manera de hacerlo. Todo lo que escribía no plasmaba exactamente lo que quería. Ya sabéis, problemas de escritor y por este motivo, he tardado bastante en publicar.

(Paréntesis: los que no habéis visto la serie podéis leer hasta nuevo aviso. De nada)

MANIAC es una serie dirigida por Cary Fukunaga, creador de True Detective y otras series populares, y con un casting muy prometedor protagonizado por Emma Stone y Johan Hill. Para que unos actores de tal talla, accedan a hacer una serie original de Netflix y se alejen del mundillo de Hollywood, “esto tiene que ser muy grande” pensé. Recordemos que Emma Stone es ganadora de un Oscar por La La Land y Johan Hill ha sido nominado dos veces pro The Wolf of Wall Street y Moneyball.

Desde que mostré en mi Instagram mi fanatismo por MANIAC, me han abierto conversación unas siete personas en plan: “Iona, no entiendo nada. ¿Es normal? ¿Sigo? Es que no me acaba…

A ver, pongamos orden que es muy necesario para hablar de MANIAC. Primero de todo, ¿de qué va?

Annie (Emma Stone) y Owen (Johan Hill) son los protagonistas de esta serie y se nos presentan sus vidas por separado en los primeros capítulos. Se intuye que son personas que sufren una grave depresión: Owen es la oveja negra de una familia rica y corrupta y ya desde el principio se habla de un caso de esquizofrenia que sufrió hace diez años pero no se nos dice nada más, mientras que Annie muestra un carácter agresivo y antisocial, parece ser que está enfadada con el mundo. No conocemos nada más de la historia de estos personajes quienes, por distintos motivos, coincidirán en un experimento farmacéutico que tiene el objetivo de curar las enfermedades mentales. Entre pastilla y pastilla, la serie nos llevará al subconsciente de estos dos personajes que, inexplicablemente, se reencuentran en este mundo onírico y vivirán juntos aventuras reencarnados en nuevas personas, distintos lugares y diferentes épocas. Y lo más importante, conoceremos las causas de sus dolores.

Fukunaga, pues, se suma a la tendencia innegable de las series y películas psicológicas que se están popularizando rápidamente como Mindhunter o The Alienist, por ejemplo, pero lo hace con un estilo (demasiado) propio.

Esta descripción de sinopsis tan sencilla, si no la lees antes de empezar la serie, te aseguro que no vas a entender absolutamente nada. A algunos no les gustará esta irregularidad, esta falta de información que no se plantea del todo correctamente, mientras que a otros como a mi, les gusta esta confusión y el poder ir encajando tu mismo las piezas del puzzle. Porque os aviso: no es hasta los últimos capítulos que vas a entender de qué va el tema si comienzas MANIAC sin tener ni la menor idea de qué trata. Yo ya os he contextualizado un poco y quizás es verdad que hubiera agradecido esta breve introducción. La poca explicación y la demasiada confianza que se ha otorgado al espectador para conectar los puntos ha sido lo más criticado de la serie. Además, no ayuda para nada que el director juegue a drede con esta confusión, no solo con la falta de pistas en las historias de los personajes sino que también con esta creación de múltiples mundos, diferentes historias ambientadas en distintas épocas que nos hacen perdernos un poco en el espacio y el tiempo. El tono de la serie también varía mucho y puede llegar a desorientarnos: de la realidad al surrealismo, de lo cruel a lo afectivo, de una trama superficial a un problema agresivo y profundo. Hay caos.

Muchos son los que critican la estrategia de Fukunaga, quien quería hacer reflexionar al espectador sobre cuál es la realidad de verdad, qué es real y qué no, y defienden que al director se le ha ido la pinza y se le ha descontrolado la intención. Entiendo que este caos puede incomodar al espectador y que ha sido el punto decepcionante de la serie, esta falta de conexión y de coherencia dentro del desorden, pero hay dos tipos de espectadores: los que ven una película para entretenerse y los que ven una película para descubrir cosas y participar en la historia. Este último tipo requiere de un mayor ejercicio mental, un esfuerzo que quizás no encuentras un martes por la noche cuando quieres desconectar antes de ir a dormir, pero al fin y al cabo, son las películas que recuerdas a lo largo de los años.

El casting

Vamos a proceder con los actores, ya que el casting es inmejorable. Emma Stone se luce de nuevo, es una gran actriz y poco más tengo que decir. Me daba miedo que eclipsara a Johan Hill porque yo no he visto muchas películas de este actor y casi siempre le ha tocado el papel del amigo gordo y gracioso, así que dar vida a un personaje como Owen y desencasillarse era todo un reto para él, un reto que ha superado a la perfección. Dos actores protagonistas brillantes, flexibles y polifacéticos. Además, como la historia en sí presenta diferentes subtramas en las cuales se convierten en personajes totalmente distintos, veremos a una Emma Stone y a un Johan Hill que tendrán que adaptarse a unas personalidades muy diferentes cada vez, y al concentrar tantas historias variadas en una serie, es mucho más fácil percibir quién es buen actor y quién no. De hecho, en una entrevista Emma Stone dijo:

“Obviamente pensé: ‘¿Cómo diablos voy a hacer de cinco personajes y salir de uno y pasarme al otro cada día?’”, dijo. “Pero terminó siendo algo muy divertido”.

Tampoco quiero discriminar al resto de personajes secundarios, quienes empeñan su papel magníficamente, sobre todo Justin Theroux (Dr.James) y Sonoya Mizuno (Dra. Azumi). Cierto es que muchas veces hay películas que solamente valen la pena por el casting de actores principales, ya que la historia no genera interés, y cuando empecé a ver MANIAC tuve esta sensación: andaba perdida porque no entendía nada pero el papelón que se marcan los protagonistas desde el inicio, compensaban la balanza. Sin embargo, a medida que avanzan los capítulos, la historia se vuelve más interesante y Emma Stone y Johan Hill se integran a la perfección y se produce un equilibrio.

(Aviso número 1: a partir de aquí, si no has visto la serie, puedes seguir leyendo porque no son spoilers como tal pero quizás es demasiado información. Hablo de referencias cinematográficas, depende totalmente de ti).

Referencias cinematográficas

Otra de las cosas que me ha parecido muy interesante de MANIAC es que está cargada de referencias cinematográficas y me arriesgo a decir que a drede. Es como un culto a la historia más moderna del cine y de las series, así como al arte en general, aunque quizás lo he hecho mucho más personal de lo que es. He elaborado una lista muy personal, es decir, no he googleado estas referencias y seguro que mi cultura cinematográfica deja muchas referencias obvias por el camino, así que podéis dejar las vuestras en los comentarios. Me hará feliz.

1. Innegable el guiño a Eternal Sunshine of a Spotless Mind por la conexión entre Jim Carrey y Kate Winslet en el trance de las memorias (lo siento, no recuerdo el nombre de los personajes) que imita la de Annie y Owen.

2. También la ambientación futurística gris de la ciudad que nos lleva a Blade Runner y que a su vez, ha inspirado a series y películas actuales como Ready Player One o Altered Carbon, o bien Alien, cuando se trata del comedor de la clínica, por ejemplo.

3. Toda la serie me ha recordado a la esencia de Black Mirror, quien pone al límite la nueva tecnología, analiza sus consecuencias y crea historias a raíz de esto: MANIAC parte de esta premisa.

4. Cuando lleguéis a la fase subconsciente, las subtramas que se presentan también están llenas de referencias que en este caso, sí que son con el objetivo de que el espectador se de cuenta de esto: Lord of the Rings, Raising Arizona (me he acordado especialmente de esta porque hace unos días vi a Nicolas Cage en persona), cualquier película de acción americana de los años 80 e incluso escenas concretas de películas como Django (cuando Annie va recogiendo las pistolas de los muertos. Tranquilos, no supone ningún spoiler).

5. La literatura también tiene un papel importante: Don Quijote aparece de manera obvia en la serie: el libro que Annie quiere leerse y luego, discretamente nos podemos fijar en el famoso molino de viento. También un capítulo concreto de Don Quijote tiene mucho protagonismo en una de las historias.

6. Matrix y la elección de las píldoras: ¿permanecer en la realidad subconsciente o lidiar con el mundo real? Va un poco por aquí en algún sentido.

(Aviso número 2: ahora sí, spoiler alert porque voy a reflexionar sobre el final. Nos vemos en unos días cuando hayas terminado MANIAC).

Vamos a hablar, ahora sí, del final, de la conclusión, de todo un poco.

Me molesta cuando hablo de MANIAC y me dicen que el final los ha dejado indiferentes. Insisto, en este tipo de series hace falta una reflexión. Aunque cada conclusión sea personal, porque en este caso es así, voy a compartir la mía:

Primero de todo, he percibido en MANIAC una crítica clara de cómo intentamos lidiar con las enfermedades mentales desde la industria farmacéutica. Esto de las pastillas es una realidad muy americana, ya que es una sociedad muy dependiente de los fármacos y entiendo que se ha querido extrapolar este hecho de una manera extrema. Aunque al fin y al cabo, las pastillas te ayudan a lidiar con los traumas, el uso de la píldora es una forma artificial de hacerlo. Por cierto, os dejo esta imagen que he encontrado que me parece una explicación estupenda del uso de cada píldora, por si os habíais perdido un poco:

La magia de la serie es todo lo que se ha criticado de Fukunaga con tantas historias, tanta fantasía y tanto lío, al final desemboca en un desenlace tan sencillo que a mi me emocionó y me hizo llorar. Os lo prometo. Es que la conclusión es simplemente que tienes que aceptar tu dolor, tus emociones como parte de ti. Afrontar tus traumas, sufrirlos y no evadirlos es la mejor terapia. Al fin y al cabo, los traumas son heridas que no cicatrizan nunca pero no por eso evitaremos mirarnos la marca que nos ha dejado en la piel cuando nos miremos en el espejo.

Vemos, pues, que Owen se niega a mentir en el juicio de su hermano y Annie no descarta ser feliz. Se reencuentra con su padre y busca aquello que la hace brillar un poco, Owen, con quien solamente ha vivido historias en el subconsciente y nunca en el mundo real, y aún así, ve en él una oportunidad. Después de tanto lío y tantas historias, la reflexión final es primitiva y parece ser sacada de una película de Disney: solo necesitas un amigo. Bueno, a ver, este amigo supone el punto de partida de una nueva etapa, no de la superación de sus traumas pero sí de volver a confiar en las personas y sobre todo, en ti mismo y encontrar motivación en la vida. Es que este diálogo final resume a la perfección la conclusión de la serie, cuando Owen espera una respuesta compleja y desarrollada por parte de Annie pero todo es mucho más fácil:

– Anni, why are you here?

(Música tensa)

– Because I’m your friend. And that’s what friends do.

(Música feliz)

Y se escapan juntos y serán amigos. Punto. No será todo de color rosa. No serán felices de un día para otro y vivirán montañas rusas emocionales pero lo que importa aquí es la consciencia de cada uno, que aceptan sus problemas y sus vidas y a partir de aquí, pues viven. Así, sin más.

Cierto es que es una serie que generará más interés a la gente con cierta curiosidad por la psicología y las relaciones humanas, como es mi caso, y puede ser que haya escrito la reseña condicionada por esto. Tampoco quiero hacerlo un tema personal pero cuando has vivido algo parecido o tienes heridas sin curar, puedes comprender mejor la esencia de Fukunaga e interiorizar la conclusión final.

Es la primera reseña que hago de una serie/película, así que habréis notado que no soy una experta ni que domino los tecnicismos del sector pero he creído oportuno compartir esta reflexión con vosotros (pero me lo he pasado bien así que creo que me aficionaré a reseñar películas y series). Vale la pena verla y cuestionarse un poco la vida.

Atentamente,

The Lord of the Books

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