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Reseña EL GRAN GATSBY de Fitzgerald: ¿es mejor el libro o la película?

Hay dos tipos de libros buenos, dos tipos de libros que siguen siendo importantes tras el paso de los años: aquellos que marcaron un antes y un después en la literatura, que desvelan el inicio de una época histórica, y aquellos cuyo argumento y personajes enamoran al lector. El Gran Gatsby, estaréis de acuerdo conmigo, es del primer tipo de libros, ya que no podemos negar la importancia que tuvo en Estados Unidos en los años 20. Hoy os traigo la reseña de El Gran Gatsby de Fitzgerald.

De El Gran Gatsby me ha convencido precisamente esto: el punto de inflexión literario que supuso en tal marco histórico, toda la crítica social que hay detrás por parte de Fitzgerald, quien no solo nos hace reflexionar sobre los comportamientos generales de la alta sociedad entre ellos mismos, sino en su tratamiento hacia otros ajenos al círculo, en este caso Jay Gatsby.

Nos encontramos en los años 20 americanos, una época económicamente prospera que conlleva a un auge de las burbujas sociales. Fitzgerald critica el individuo soñador que vive persiguiendo el sueño americano, su hipocresía y sus formas despreocupadas, sobre todo a partir de sus actitudes hacia Jay Gatsby, un personaje misterioso recién «ascendido» a la clase alta de la sociedad, un hombre con pasado vulgar el cual todos critican porque se rumorea que consiguió su fortuna millonaria ilegalmente pero que a su vez, nadie se pierde ninguna de sus fiestas.

No olvidemos tampoco el tema del amor obsesivo, melancólico y agridulce de la novela entre Jay Gatsby y Daisy Buchanan, con la constante presencia de Tom en esta historia.

Jay Gatsby, a su vez, también se coloca bajo la etiqueta del sueño americano: una nueva vida, una nueva identidad, un nuevo nombre, una nueva clase social y por lo tanto, una nueva esperanza de reconquistar a Daisy Buchanan gracias a todo esto. El tema del amor obsesivo es constante, con este toque melancólico y agridulce debido también a la constante presencia de Tom, el marido de Daisy.

Jay Gatsby ha sido comparado con personajes como Don Quijote y Madame Bovary:

Los tres pelean batallas de antemano perdidas que, sin embargo, los dignifican como seres humanos, al no resignarse a admitir solo lo que la realidad les ofrece; a tener el atrevimiento de mirar más alto, de darle al mundo, gracias a su enfurecida imaginación, algo que antes no tenía, aun cuando terminen apaleados, muertos. De ahí el adjetivo que acompaña al apellido ficticio del protagonista en el título de la novela. (Ligia Pérez de Pineda).

Gatsby, pues, es la personificación de la esperanza que, sin embargo, acaba resultando destructiva como bien podemos ver en el desenlace de la historia.

Sobre la película

A continuación me gustaría hacer algo poco habitual y a menudo despreciado por los lectores, que es comparar el libro con la película. Pocas veces me gustan las adaptaciones pero realmente creo que El Gran Gatsby es una excepción.

La versión cinematográfica de la obra de Fitzgerald es muy buena y a nivel de entretenimiento, me divirtió mucho más que el libro. Ahora bien, el objetivo que se persiguió con el libro es totalmente distinto al de la película: si bien he remarcado la importancia que el Gran Gatsby significó para su época, el punto de inflexión que supuso, la película no refleja tanto esta sátira de la sociedad americana y se centra más en la peculiar figura de Jay Gatsby, lo cual para mi es un acierto.

Aunque en el libro gira alrededor de tal personaje, me faltó más información, más anécdotas de él. Gatsby termina siendo un hombre misterioso tanto para la sociedad americana como para el lector, y no terminas de conocerlo del todo bien. En cambio, Gatsby en la película se muestra más protagonista, más exagerado todo él y se nos enseñan sus comportamientos desmesurados a través de la gran interpretación de Leonardo DiCaprio. Mientras el libro parte más de la narración de Nick Carraway, quien al fin y al cabo se presenta igual de protagonista que Gatsby, en la película Carraway se mantiene en un segundo plano y todo el foco pasa a Gatsby. Y yo lo prefiero así.

Es cierto que la película eclipsa un poco toda la crítica social que Fitzgerald consigue a través de sus palabras, pero la versión cinematográfica plasma la crítica a través de unas imágenes muy potentes de la vida americana. Imágenes más exageradas y radicales que la obra no consigue del todo: podemos apreciar los altos contrastes de la sociedad de una manera más pintoresca, la hipocresía de las fiestas a través de sus vestidos y actitudes, por ejemplo. La película logra lo que al libro le cuesta un poco, que es alejarse de la trama en si y conseguir visualizar la sociedad americana como tal. Quizás cuando Fitzgerald lo escribió, no era tan necesario ser tan visual porque al fin y al cabo, escribía sobre su época, pero para un lector europeo que lee su obra cien años después, necesita imágenes para una mejor experiencia.

Realmente en el final de la película es donde libro y película se sinergian y ofrecen un desenlace que resume toda la historia de Gatsby, la sociedad americana y la crítica social de Fitzgerald.

Y a vosotros, ¿qué os ha gustado más? ¿La película o el libro?

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1 Comentario

  1. […] post de hoteles literarios). Allí también finalizó su obra El Gran Gatsby (podéis leer nuestra reseña aquí). Desde entonces, la Riviera Francesa se ha asociado siempre a este […]

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