Créditos fotografía: Haenyeo Museum
Hace relativamente poco leí El abanico de seda de Lisa See. Aunque es una novela del 2005, hasta el diciembre de hace un par de años no lo había rescatado de la estantería. Y qué casualidad que hace unos meses recibí como regalo este otro libro suyo: hoy os traigo la reseña de La Isla de las Mujeres del Mar, una historia que nos lleva a la Corea del Sur, concretamente a la isla de Jeju.
Os dejo por aquí la sinopsis de la editorial Salamandra para entrar en contexto:
Una bella e introspectiva novela sobre los lazos de amistad de dos jóvenes haenyeo -mujeres buceadoras de la isla surcoreana de Jeju, cuya forma de vida ha sido reconocida por la Unesco como patrimonio de la humanidad- y las poderosas fuerzas, tanto naturales como históricas, que las rodean.
Kim Young-sook y Han Mi-ja empiezan su preparación como haenyeo. A pesar de sus diferentes entornos familiares, pronto se hacen íntimas, aprenden la técnica del buceo y se enfrentan juntas a las exigencias físicas y los fracasos emocionales de su trabajo. Durante medio siglo, las dos jóvenes forjarán una sólida relación al tiempo que su vida se verá envuelta en acontecimientos tan trágicos y extraordinarios como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y sus secuelas, y tan inevitables como la irrupción de los teléfonos móviles y la llegada de nuevas políticas e ideas a la isla. Sin embargo, tras sobrevivir a cientos de inmersiones y desarrollar el más estrecho de los vínculos, algo que escapa a su control acabará rompiendo su amistad.
Aparte de El abanico de seda, no he leído nada más de Lisa See pero tengo entendido que usa todo su historial de origen chino como motivación para contarnos más sobre este país. Sin embargo, esta vez nos vamos a Corea, un nuevo espacio para explorar e investigar.
Sin duda, algo a valorar de la autora es su paciencia y su enorme trabajo de investigación: Lisa See escoge un tema concreto y lo exprime al máximo. En El abanico de seda eran los vínculos laotong; en La Isla de las Mujeres del Mar conoceremos el papel de las haenyeo, este trabajo exclusivo para mujeres que consiste en la pesca a través de un buceo bastante primitivo y peligroso.
El primer ejecicio que una hace como lectora, y más después de haber leído a la autora, es comparar las tradiciones chinas y coreanas: si bien es cierto que La Isla de las Mujeres del Mar está contextualizada en una época bastante más avanzada (Segunda Guerra Mundial), no pude evitar sorprenderme por el papel más protagonista que se les permitía a las mujeres haenyeo. En vez de ser solo amas de casa y madres de familia, tenían la “oportunidad” de trabajar y aportar dinero en casa, mientras que los hombres se quedaban cuidando a los niños.
Sin embargo, el estigma de querer hijos en masculino y no hijas seguía presente como era habitual en estos países orientales años atrás. No es que los surcoreanas fueran más progresistas mentalmente -tampoco sería esta la palabra- sino que había pactada una excepción en el aire con las haenyeo, y este “privilegio” es lo primero que me sorprendió de la novela.
Disculpad si comparo a menudo la novela con El abanico de seda pero realmente he encontrado muchas similitudes entre ambas. Desconozco si es una fórmula habitual en Lisa See y es una autora que le cuesta salir de su zona de confort: repetir un poco lo que ha funcionado pero eligiendo como trama principal un evento distinto y singular (en este caso, las haenyeo).
En ambas novelas tenemos a dos niñas protagonistas que tienen una conexión muy especial entre ellas. De hecho, en El abanico de Seda se consideran literalmente algo así como almas gemelas. En La Isla de las Mujeres del Mar son niñas de diferentes familias pero una de ellas, Mi-ja, casi es adoptada por los padres de Young-Sook. Las dos novelas avanzan destacando el vínculo de estas dos niñas, una amistad que se mantiene a lo largo del tiempo hasta que un grave malentendido entre ambas rompe tantos años de relación. En el caso de La Isla de las Mujeres del Mar, temas políticos y bélicos son los responsables de esta ruptura.
Por lo tanto, en La Isla de las Mujeres del Mar sí que hay mucho más componente político que en El abanico de seda, que se queda más en el ámbito familiar y tradicional. Lisa See nos hace un repaso de cómo afectó la Segunda Guerra Mundial a la Isla de Jeju, tanto durante la invasión de japoneses como la posterior llegada de los americanos. De ese modo, la novela también tiene el valor añadido de ser algo histórica y de aportar conocimiento verídico al lector.
En resumen para terminar esta reseña de La Isla de las Mujeres del Mar, es un libro muy en la línia del estilo de Lisa See: esta vez abandona la China y nos trae un poco de historia de surcorea, tanto a nivel local con las haenyeo como a nivel nacional desde la perspectiva política y bélica. De lectura rápida y bastante accesible para todo el mundo, recomiendo la novela aunque me quedo con El abanico de seda, donde el estilo y originalidad de Lisa See me impactó más; quizás también porque el tema principal resultó más atractivo para mi.
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