Ai, Memorias de Idhún: las alegrías y los disgustos que nos ha dado la trilogía de Laura Gallego. La adolescencia de miles de lectores se vio rota cuando la autora negó rotundamente que se haría una adaptación cinematográfica; nunca los fans habían deseado tanto algo. Sin embargo, hace cosa de un par de años, se rumoreaba que Memorias de Idhún se adaptaría finalmente a una serie anime. ¿Cómo? ¿Perdona? Es broma, ¿verdad? Ah, pues no: el tiempo ha pasado rápido desde la noticia y Netflix ya tiene disponible los cinco primeros episodios que cuentan la mitad del primer libro, La Resistencia. Hoy os traigo la crítica de la serie Memorias de Idhún.
Tengo varias cosas que decir, más malas que buenas, ya os lo adelanto. La decisión de Laura Gallego y seguramente del equipo que tiene detrás será recordada como uno de los peores crímenes de la historia (perdón por la exageración): cómo hubiéramos disfrutado los “nosotros” de adolescentes de una saga cinematográfica de Memorias de Idhún con un rollo frío y emo a lo Crepúsculo, y poder fantasear con el triángulo amoroso (por cierto, innovador en su momento) que poco tenía que envidiar a la historia de Bella, Edward y Jacob. En su lugar, hemos recibido un anime de bajo presupuesto que… te deja indiferente, esta es la conclusión.
Voy a empezar esta crítica de la serie de Memorias de Idhun por lo único bueno que he encontrado: la adaptación de la historia. Claro que aunque leí la trilogía entera unas cinco veces hace ya muchos años, mi memoria ya no es la que era, pero creo que la adaptación del libro está bastante bien conseguida. Cada episodio se centra en un conflicto concreto y te lo resuelve bien, y existe un equilibrio entre escenas de acción y diálogo. Han adelantado algunas tramas de acción que en el libro tardan más en verse pero la decisión me parece acertada para meterle más caña al asunto: La Resistencia es el libro menos violento, y en la serie le han dado un pequeño giro.
Tampoco se olvidan de contarte con detalle la historia de Idhún, una parte realmente interesante: desde todo el tema de la extinción de dragones y unicornios hasta una presentación correcta de los personajes. Sería injusto decir que la adaptación no está lograda: los episodios son ágiles y sus tramas están bien elegidas y desarrolladas. Hasta aquí todo bien.
Quizás sí que hay que mencionar que para alguien que nunca haya leído los libros, la trama se hace demasiado predecible y habría que trabajar mejor el suspense: ¿Un unicornio hembra y un dragón macho? ¡Oh! ¿Quién serán?
Cambiando de tema… Yo insisto: el problema principal de la serie ha sido la decisión de adaptarla al “anime”. Y ahora ya me tomo la libertad de poner anime entre comillas porque, sin ser una experta del género, deja mucho que desear: para los fans del anime, acostumbrados a maravillas del estudio Ghibli o a incorporaciones más violentas como Attack on Titan, Memorias de Idhún son meros dibujos cutres sin ánima ni gracia.
Por el otro lado, para los que no son seguidores del género, ya ponerse a ver un anime por voluntad propia cuesta. Le das una oportunidad porque es Memorias de Idhún, “la historia de tu adolescencia”, pero no consigue sacarte ningún tipo de emoción. Así que ni para unos ni para otros. Fue una mala decisión darle este formato pero al menos si lo haces que sea de calidad: un anime de bajo presupuesto que se queda a medias de ser algo mínimamente bueno. No hace justicia al género.
Luego está el tema del doblaje, del cual queda poco por decir (las redes petaron el día que salió el trailer). Aunque el idioma original de la serie sea el español, no podéis: pasad directamente al inglés. Es horrible, de verdad. Se os hará un poco raro ver a Victoria hablar en inglés en la estación de metro de Callao pero realmente el doblaje le resta puntos a la serie (menos Michelle Jenner, también hay que decirlo).
La conclusión es que la serie te deja indiferente. No aporta nada. Y me molesta, claro que me molesta. Los episodios son ágiles y seguro que la terminarás porque son fáciles de ver, pero un proyecto que podría haber sumado mucho más, que podría haber renacido la base fandom e incluso me arriesgo a decir, ponerse al nivel de una saga épica como Divergente o Los Juegos del Hambre (Harry Potter o El Señor de los Anillos no, tampoco nos pasemos) se ha quedado en nada: pocas emociones, poca nostalgia, que era principalmente lo que esperaba sentir. Es una serie más y de ningún modo vas a asociarla con la trilogía en papel, porque no sientes que están conectadas del todo. Falta algo.
PD: ¿Por qué Kirtash tiene el pelo gris?
Si te ha gustado esta crítica de la serie de Memorias de Idhún, no dudes en suscribirte a nuestro blogo: