Sin saber muy bien de qué va el tema, solo el título de Sound of Metal y esta imagen de un joven detrás de la batería nos transporta al Whiplash de Chazelle, una gran película estrenada el 2015. Pero pronto te das cuenta del error de haber puesto estas dos películas en el mismo bote porque no tienen nada que ver la una con la otra: solo tienen el elemento común de la batería pero se cuentan dos historias totalmente distintas. Hoy os traigo la crítica de Sound of Metal de Darius Marder, un film que me ha sorprendido y emocionado gratamente (disponible en Amazon Prime). Y aprovechando que los Oscars se celebran dentro de un mes, es la ocasión perfecta para revisar un poco a lo que aspiran a ganar.
Ruben (Riz Ahmed) es un joven batería de una banda de música de rock. Junto a su novia Lou (Olivia Cooke), viven en su caravana adaptada y van de gira con el resto del grupo. Sin embargo, de forma casi repentina, Ruben comienza a perder la audición. La pareja encuentra una casa de sobriedad para sordos y deciden que Ruben pase un tiempo allí, aislado, con un nuevo grupo de gente que afronta el mismo “problema” que él. Y pongo problema en comillas porque este es el core de la película: el retiro es liderado por Joe (Paul Raci) y el objetivo de este retiro, como él dice, es curar la mente y no la sordera. Porque aquí no se considera la sordera como una discapadidad y cualquier que opine así, no es bienvenido a quedarse. Ruben tendrá que afrontar una nueva etapa de su vida, adaptarse o decidir si quiere seguir luchando para recuperar su oído a través de una cara cirugía.
Y hasta aquí voy a contar. Sound of Metal me ha calado mucho, la verdad. Creo que es un muy buen ejemplo de película que usa todo sus recursos cinematográficos para transmitir un mensaje: hay un equilibrio increíble entre lo visual, el diálogo y lo auditivo. Como no podía ser de otra manera, el sonido en esta historia es protagonista y el trabajo que se ha hecho intentando transmitir la sordera en todas sus etapas – la pérdida, la desesperación, la recuperación, el contraste- es impecable y lo que le da un valor añadido a esta historia. Más que un valor añadido, lo que la hace realmente tan buena. El espectador sufre constantemente con esta producción del sonido; es realmente inquietante, frustrante y, en ocasiones, esperanzador. Así que si hay algo claro es que el Oscar a mejor sonido es más que merecido y no puede haber otro ganador.
Sound of Metal es una película muy conmovedora y, en este caso, la emoción se transmite a través de varios medios: el sonido, como iba diciendo, es uno de los principales. Las actuaciones también son extraordinarias: Riz Ahmed se ha ganado la nominación, así como su compañero Paul Raci, que desearía enormemente que se lo llevara él porque su papel es extraordinario. Personaje secundario pero principal responsable de poner emoción en esta historia.
Y finalmente, el guión: no es una película de muchas palabras oralmente dichas pero sí que hay mucha conversación. Sería un error decir que casi no hay diálogo porque no es así: simplemente es un lenguaje con el que no estamos tan familiarizados, el de los signos pero por supuesto que sigue siendo guión. La mezcla de todos estos elementos -actuaciones, sonido y guión- dan como resultado una película tremendamente emocional y empática.
En esta historia también es muy importante el personaje secundario de Lou. Aunque se mantiene ausente durante esta etapa del retiro de Ruben, su figura es trascendental y tienen una influencia directa en las decisiones que toma Ruben. Es un personaje que nos ayuda a dar mucha más profundidad y complejidad a nuestro protagonista: Ruben tiene una dependencia emocional con Lou y pone en evidencia la carencia de amor en general que debe haber sufrido durante toda su vida. No sabemos nada de su familia, por ejemplo. Como si no existiera. Lou es clave en esta historia, tanto durante la estancia como para el destino final de Ruben, y otro de los objetivos del batería será aprender a convivir solo durante todo este tiempo.
Y sin hacer ningún spoilers, me gustaría valorar este increíble final, porque no encuentro otro desenlace posible para la historia: un lento y silencioso último plano es el punto de inflexión para nuestro protagonista Ruben, quien finalmente interioriza la lección que le ha dado la vida y acepta el futuro que le espera. Para sentirlo, tenéis que ver la película. No se puede explicar.
Por lo tanto, si has leído toda esta crítica de Sound of Metal, queda claro que la recomiendo muchísimo. Y lo que me parece realmente increíble es que sea el debut de Darius Marder: el director ya había dirigido un documental y ha participado como guionista en películas conocidas pero que Sound of Metal sea su primera película como director… Se demuestra que hay un gran potencial y experiencia detrás de las cámaras, y seguro que nos dará muchas más sorpresas.
Sound of Metal no es una de aquellas películas que te deja con la boca abierta y tienes ganas de volver a ver cada año; al fin y al cabo, es un drama y consigue lo que se propone: te emociona profundamente y te abre una nueva perspectiva del mundo; Joe, este hombre de la casa de sobriedad, te enseña una lección de vida, así como el propio testimonio de Ruben. Luz verde en toda regla sin excepciones.
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