Hoy os traigo la reseña de un libro que leí hace unos meses, LOS CAMINOS DE LA LUZ/ELS CAMINS DE LA LLUM de Coia Valls. Una novela muy especial para mi porque he tenido el placer de trabajar con ella de bien cerca, y acompañar a la autora a lo largo de su campaña de promoción. Veréis por qué es tan importante para mi y también debería serlo para vosotros.
Sinopsis:
Esta es la historia de una revolución que se lleva a cabo desde el anonimato, con un punzón como única arma y protagonizada por un niño.
El benjamín de los Braille, una familia de guarnicioneros, sufre un accidente que le hace perder la vista gradualmente. La tenacidad de quienes le rodean y la suya propia consiguen tejer un camino de aventuras y descubrimientos que les llevará mucho más lejos de lo que nos atreveríamos a soñar.
La vida de Louis Braille, una trayectoria que nos habla de luces y sombras, de libertad y opresión, de salud y enfermedad, de cómo el ingenio puede compensar la falta de recursos, transcurre en paralelo a la historia de la convulsa Francia de la primera mitad del siglo XIX, época de revueltas y esperanzas.
Coupvray, Paris, Limoges y Vichy son los escenarios donde se desarrolla la lucha de un hombre de origen humilde que encontró la manera de que los ciegos rompieran sus cadenas mientras se afanaba por descubrir la esencia de la felicidad.
Aunque parezca mentira, Coia Valls es la primera autora en escribir la historia de Louis Braille en una novela de ficción. Nadie antes se había preocupado por sacar a la luz su historia, a no ser que fuera en formato autobiográfico. Ya solo por esta parte, tenemos que agradecer mucho a Coia y darle una oportunidad al libro: conocer la historia de Louis Braille, el creador del alfabeto para ciegos, debería ser materia casi obligatoria. Ahora sí, vamos a adentrarnos más en el libro, sobre el cual me gustaría destacar dos aspectos: la documentación y la sensibilidad de la prosa.
Primera fase: documentación
En mi opinión, muchas veces la fase de documentación e investigación es incluso más importante que la fase de escritura en sí misma. No solo es necesaria en novelas históricas sino también en novelas contemporáneas aunque requieran una dosis menor de contextualización histórica. Coia Valls se empezó a consolidar como una gran autora gracias a su novela histórica El Mercader, sobre la nueva Barcelona del siglo XIV. Absolutamente todas las reseñas destacaron el excelente ejercicio de documentación e investigación que había realizado la autora. Sin duda, un trabajo que requiere enorme paciencia y mucha minuciosidad, y que no todos los escritores están dispuestos a realizar. Coia Valls disfruta de esta fase previa y esto se percibe en cada una de sus páginas.
Para Los Caminos de la Luz, Coia Valls quiso de nuevo sumergirse completamente en la historia. Ahora no se trataba de investigar sobre una ciudad en general sino de la vida de una persona en concreto, algo que a simple vista puede parecer más fácil pero no es así: es todo un reto meterse en la piel de algo, ya que no solo requiere una dosis mayor de conocimiento sino también de inteligencia emocional.
La autora ha tenido su propio método: no solo se trataba de estudiar de principio a fin la biografía de Louis Braille sino también de intentar conocer sus emociones, lo que sentía en cada momento. Recorrer los mismos caminos… Por este motivo, Coia Valls no dudó en organizar un viaje a Francia para transportarse a los mismos escenarios que protagonizaron la vida del joven Louis Braille. Llegar andando por el camino hacia la misma casa de Coupvray donde él pequeño Braille vivía cuando pasó el accidente es una fuente de documentación incomparable a cualquier otra. El resultado no son datos objetivos sino una empatía y sensibilidad que son presentes en cada página de la autora. El resultado es algo inexplicable e irracional.
En resumen, el mensaje que quiero transmitir es que Coia Valls tiene su propio método de documentación: no se trata solo de documentarse de cuatro cosas de su biografía y hacer un par de entrevistas, lo cual también es necesario a su vez, por supuesto. No, lo que hace Coia es viajar en el tiempo e intentar vivir lo que vivió su protagonista. Y no todos los escritores están dispuestos a dar tanto por una novela.
La sensibilidad
Esta documentación tan auténtica de Coia Valls nos lleva a hablar de este segundo aspecto: la sensibilidad de su prosa. No hablo de una sensibilidad presente en el propio estilo narrativo, de una escritura delicada y suave, sino que tenemos que entender la sensibilidad desde una perspectiva más completa. Una sensibilidad que no solo se percibe en la escritura sino que va más allá: inunda sus personajes y por lo tanto, toda la novela.
Os quiero contar algo para que entendáis lo que quiero decir: Coia Valls no es ciega, lo cual ya es un punto de partida limitado y muy arriesgado querer hablar de Louis Braille cuando no conoces la oscuridad total. Hay una fase de documentación importante, a la vez que una empatía ya presente en la autora, quien ejerce de pedagoga desde hace muchos años. Sin embargo, era todo un reto escribir esta novela sin caer en el sensacionalismo y diseñar un Louis Braille demasiado superficial. Pero no fue así. La novela tuvo una cálida acogida desde el primer momento por la ONCE de Barcelona, la cual inauguró la publicación de la novela en su propia sede durante la rueda de prensa. Su presidente, Enric Botí, fue de los primeros en leer la novela terminada -la cual se publicó a la vez en catalán, castellano, Braille y audio accesible para ciegos, algo bastante inusual en el sector editorial- y expresó su enorme gratitud a Coia Valls por haber escrito tal obra maestra. Como Enric Botí, otros invidentes compartieron su emoción con la autora. Coia Valls lo había logrado: había conseguido meterse en la piel de Louis Braille, en los ojos de un ciego. Este era su mayor miedo cuando escribió la novela, no ser capaz de esto y ser criticada por los propios invidentes que leyeran el libro, pero lo consiguió con gran éxito gracias a sus sensibilidad, su empatía, su trayectoria y su excelente trabajo de documentación. El apoyo de la ONCE fue vital para confirmarlo.
Como veis, no ha sido una reseña en la cual he analizado los aspectos más técnicos de la obra, sino que me he centrado más en el proceso creativo, el cual ha dado como resultado una novela preciosa donde el trabajo previo, la sensibilidad y la empatía de la autora han sido los factores claves para construir Los caminos de la luz. Una historia que recomiendo a todo el mundo para conocer más acerca de la vida de Louis Braille, aunque queda en manos del espectador distinguir entre ficción y realidad. Una historia de autosuperación y de lo más inspiradora, contada por una gran autora catalana.
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