¡Qué recuerdos! Aquellas tardes de verano jugando a la Game Boy Color y coleccionando Pokémons en la Pokédex. Y ahora llega al cine Detective Pikachu, un homenaje a esta niñez ya perdida, no solo para los que ya la hemos vivido sino para aquellos que ya no la vivirán jamás de la misma manera. Porque aunque esté de moda el Pokémon Go (en mucha mejor calidad), no todos pueden decir orgullosos que son de la primera generación, cuando existían aquellos tochos como juegos en color azul o rojo con los que pasar las tardes de verano.
La historia empieza con Tim, el hijo del detective Harry, con quien no mantenía una estrecha relación y quien se cree muerto. Tim encontrará a un Pikachu (Ryan Reynolds) con amnesia y que resultará ser el ex-compañero de su padre Harry. Juntos intentarán resolver el misterio de la muerte de Harry porque los dos confían en que sigue con vida y es todo parte de un complot, a la vez que Pikachu intenta comprender por qué de repente sufre amnesia.
Detective Pikachu es una película entretenida, divertida, que gusta porque te llena de nostalgia. El film está lleno de Pokémons y te emocionas al intentar recordar los nombres de todo en medio del cine, mientras que a la vez se han colado algunos Pokémon de la última generación que ya muchos no llegamos a conocer. Cumple muy bien esta parte: te transporta a tu infancia y no lo hace de una manera completamente aniñada. Una película perfecta tanto para los que vivimos Pokémon en su momento como para la nueva generación que viene detrás nuestro: apta para todos los públicos en su sentido más literal.
En cuanto la trama en sí, es floja y tiene muchos plot holes, pero los espectadores más exigentes comprendemos desde el principio que la importancia de la película ha querido centrarse en el personaje de Pikachu y en mostrarnos un mundo imaginario lleno de estas criaturas mágicas llamadas Pokémon. De hecho, creo que la trama es demasiado complicada si el objetivo principal no era focalizarse tanto en esta, pero al fin y al cabo, también es una película para niños, quienes no analizan las tramas como nosotros lo hacemos aquí. Ellos se conforman con un par de impactruenos.
Finalmente, y dejo lo mejor para el final, Ryan Reynolds (Pikachu) es la estrella de la película sin ninguna duda. Siempre imaginábamos un Pìkachu adorable, dulce y de edad temprana, con su hilo de voz agudo, pero cuando escuchamos la voz cómica e irónica de Ryan Reynolds toda esta idea se va a pique. El actor nos vuelve a divertir con su estilo tan a lo Deadpool y encarnarse en este Pokémon ha sido una idea brillante. No se me ocurre quién lo podría haber hecho mejor. Ha sido genial conocer por primera vez a Pikachu, más allá de su popular Pika-Pika, y acercarnos a él de una manera tan íntima y divertida a través de unos diálogos y una caracterización animada tan bien conseguida.
En resumen, una película entretenida para revivir la infancia, donde Ryan Reynolds vuelve a conquistar al espectador. No esperéis un film profundo y tampoco seáis muy minuciosos con la trama: simplemente disfrutad y volved a revivir aquella infancia ya lejana. Detective Pikachu no será una de estas películas que pasarán a la historia pero la recordaremos durante un par de años por ser tan adorable y kuki.