Stranger Things 3 ya ha superado los récords de Netflix: ni más ni menos que 40 millones de espectadores. En general, las expectativas no estaban precisamente altas porque la mayoría esperábamos ver la misma fórmula de siempre: el grupo de niños divertidos en su próxima aventura fantástica en un ambiente ochentero. Sin embargo, los hermanos Duffer lo tenían claro: no querían aburrirnos con lo de siempre y querían mantener a los espectadores fieles no solo para esta temporada, sino para las próximas. En esta crítica de Stranger Things 3 te contamos cómo lo han logrado.
El resultado ha sido una tercera temporada magnífica: Stranger Things nos ha ofrecido una versión mucho más madura, que abraza el género del terror. En cuanto a la audiencia, Stranger Things no ha querido atraparlos todos: ha olvidado aquellos de edades más jóvenes y con esta temporada mucho más terrorífica, apuesta por fidelizar a los fans del principio y a ganarse espectadores más adultos.
Aunque hay algunos aspectos de la trama que no terminan de convencer, sin duda la tercera temporada supera con creces la segunda: los guiones, los personajes, los temas tratados, la calidad fotográfica y las referencias ochenteras.
En esta crítica de Stranger Things 3, vamos a analizar esta tercera temporada. La crítica no contiene spoilers hasta nuevo aviso.
Referencias ochenteras
Las luces neón, los colores primarios y alta nitidez son los protagonistas de la fotografía de la serie. Si las temporadas pasadas ya estaban repletas de referencias ochenteras, en esta tercera entrega lo han querido hacer más evidente: desde una banda sonora con Jim Croce o The Police, hasta propias referencias cinematográficas que han incorporado en la trama con mucho arte.
Terminator, Alien, e incluso ecos de Grease son visibles en esta tercera temporada de Stranger Things. Aunque las referencias claves las encontramos en las películas míticas de zombies de los años 80, entre las cuales destacamos El día de los muertos o El regreso de los muertos vivientes. Sin duda, el objetivo ha sido claramente homenajear a todos estos clásicos.
El terror fantástico
Esta tercera temporada ha dado un giro importante en muchos aspectos. Quizás el más destacado ha sido escoger el terror fantástico como género principal, y alejarse de la comedia-fantasía que caracterizaba las anteriores temporadas. Escenas realmente escalofriantes e imágenes que se pasaban de gráficas, los hermanos Duffer no se han andado con tapujos esta vez.
¿La razón? Seguramente uno de los motivos principales ha sido intentar no caer en la fórmula de siempre y como consecuencia, aburrir el espectador. Los hermanos Duffer han sido muy visionarios: con esta temporada más terrorífica, es probable que los más pequeños no se sumen al movimiento fan de Stranger Things. Al principio de esta crítica de Stranger Things 3 mencionábamos que el objetivo ha sido precisamente fidelizar al que venía desde el principio y reclutar a un público más mayor. Una segmentación inteligente que no solo ha dado resultados en esta tercera temporada, sino que seguro que también los va a dar en la siguiente.
Adiós a la infancia inocente: el grupo de niños ya no es protagonista.
El otro giro importante de la serie es haber entendido que el grupo de los cinco niños de la primera temporada (Eleven, Mike, Lucas, Bill y Dustin) y la incorporación de Max en la segunda temporada, ya no son tan pequeños, y por lo tanto, ni tan inocentes ni tan graciosos.
Mientras que el squad acaparaba, sin duda, todo el protagonismo de las dos primeras temporadas de Stranger Things, en esta última entrega hemos visto como ahora todos los personajes están al mismo nivel. Si bien algunos secundarios siempre habían destacado, como Hopper o Steve, sus tramas en la tercera temporada son igual o más importantes que las del grupo de niños.
Los actores crecen y sus diferencias físicas son evidentes (¡Mike mide 1,79!), así que había la posibilidad de fracasar en este aspecto, queriendo disfrazar los pre adolescentes de niños pequeños y usar bromas ya no adecuadas para su edad. En cambio, los hermanos Duffer han sabido adaptar los personajes a estos cambios evidentes, y han entendido que el punto clave de la serie ya no tienen que ser solo ellos.
De hecho, Dustin casi ni aparece con su grupo, y en cambio se potencia el dúo que tanto gustó en la segunda temporada: Dustin-Steve. Se ha dado muchísimo más protagonismo a los personajes secundarios, dándoles tramas independientes para que las desarrollaran ellos solos: Nancy y Jonathan, Dustin y Steve, Hopper y Joyce, Billy por su cuenta. Además, hemos contado con dos grandes incorporaciones femeninas (y muy necesarias) -Erica y Robin- y hemos recuperado personajes con potencial como Murray.
En resumen, en esta tercera temporada de Stranger Things se ha dosificado mucho más el protagonismo entre los personajes. Los hermanos Duffen han evitado alargar lo ya esperado -el crecimiento de los actores y sus respectivos personajes- y lo han sabido reorientar magistralmente.
La trama
Quizás el desarrollo de la trama es uno de los puntos más flojos de la temporada, pero queda perfectamente disimulado con unos guiones brillantes y unos personajes encantadores.
A partir de aquí, la crítica contiene spoilers. Aunque nada graves, pero si eres de los que no quiere saber absolutamente nada, es el momento de parar. Quédate con que tienes que verla. ¡Ya volverás para leer el final de la crítica de Stranger Things 3!
Se ha optado por desarrollar cinco tramas independientes que finalmente se unen para luchar contra el problema. Cinco tramas empleadas con mucha eficacia y originalidad:
- Max, Eleven, Lucas, Mike y Bill: conflictos pre adolescentes hasta que Bill empieza a notar que algo va mal y comienzan a hacerse preguntas.
- Nancy y Jonathan: los dos becarios periodistas empiezan su propia investigación para descubrir qué pasa con las ratas que comen productos químicos.
- Hopper y Joyce: el problema de los imanes los lleva a querer investigar más y toparán con el ingeniero ruso y Murray.
- Dustin, Steven, Robin y Erika: atrapados en la base secreta rusa, serán una pieza clave para descifrar el mapa del sitio.
- Billy: la víctima de toda la historia y a la vez, quien empieza a desentramarlo todo.
Precisamente, es la historia de Billy la que hace temblar un poco la trama. Muchos zombies y monstruos hechos de carne pero no terminamos de conocer del todo la relación entre este terrorífico evento y el de los rusos con su acelerador de partículas y el portal. Faltan explicaciones, hay algunos plot holes importantes, que quedan pendientes de resolver.
Conclusión
Una fantástica temporada que ha sabido adaptarse perfectamente a lo que la audiencia necesitaba. Las actuaciones y los guiones de los personajes destacan por encima de todo: el dúo Steve-Dustin con la incorporación de Robin, una Joyce mucho más suelta y divertida, un Hopper en su salsa como nos gusta verlo o una Eleven, de nuevo, impresionante en su interpretación.
Stranger Things 3 ha sido una montaña rusa de emociones que ha sabido equilibrar perfectamente la comedia, el drama y el terror. Como siempre, nos deja grandes reflexiones. Se tratan temas profundos como el tener que decir adiós a la infancia, la importancia de expresar lo que uno siente, los amores no correspondidos, el tener que progresar y no estancarse, el poder de los recuerdos dulces, las pérdidas de los que amamos. Una mochila de temas que se nos presentan de forma no muy explícita pero con mucha delicadeza y sensibilidad.
Un final épico y perfecto que te acaricia la ánima. Y como nos gusta a muchos, abierto. Porque si habéis visto la escena post créditos, hay mucho de lo que hablar: «no, el estadounidense no».
Esperamos que os haya gustado nuestra crítica de Stranger Things 3; estaremos encantados de conocer vuestra opinión.
Un análisis magistral, ¡muchísimas gracias, Iona!