Crítica de El Escándalo, dirigida por Jay Roach. Ganadora del Oscar a mejor maquillaje y peluquería.
El 2020 se estrenaba con este bombazo, nunca mejor dicho. Jay Roach ha dirigido una película con tres grandes actrices en primera línea – Charlize Theron, Nicole Kidman y Margot Robbie – para narrar los episodios de acoso sexual que las trabajadoras de Fox New sufrieron por parte del gran jefe, Roger Ailes. Hoy os traemos la crítica de El escándalo.
Durante los cinco primeros minutos de la película el espectador no sabe quién es la mujer de la pantalla. ¡Ah! ¡Que es Charlize Theron! La actriz interpreta a la periodista Megyn Kelly, y el trabajo de maquillaje y peluquería que hay detrás es espectacular. El escándalo solo se llevó el Oscar de esta categoría, pero al menos fue totalmente merecido.
También la transformación de John Litghow en Roger Ailes y la de Nicole Kidman, quien interpreta Gretchen Calrson, son dignas de mencionar. El casting tiene un papel muy importante en esta película y por suerte, ha jugado muy a favor. Tanto Charlize Theron como Margot Robbie, de las pocas que encarna a un personaje ficticio, estuvieron nominadas en esta edición de los Oscars como mejores actrices gracias a sus interpretaciones.
Siguiendo con esta crítica de El escándalo, lo interesante de la película de Jay Roach es el enfoque. Un año antes se estrenaba la miniserie La Voz más alta (2019), también con un casting de bastante high level con Russell Crowe, quien dio vida a Roger Ailes; una serie, pues, que trataba del mismo tema.
«Si quieres trabajar con los peces gordos tendrás que acostarte con los peces gordos.»
El escándalo, pero, ha puesto el foco en las historias de las tres mujeres, quienes curiosamente no son ni aliadas, ni amigas ni enemigas. Solo son compañeras de trabajo, que han intercambiado pocas palabras y sus historias funcionan por separado. Sin embargo, todo el mundo es testigo de lo que pasa en la empresa y nadie ha hecho absolutamente nada durante años, ni hombres ni mujeres.
Y como bien explica Filmaffinity “la fuerza de la historia radica en una representación poco sentimental de la solidaridad femenina”. Ninguna de las mujeres que aparece en la película entrarían en la definición de feminista por lo que tanto luchamos y como espectadoras, una siente frustración al ver que no hay apoyo entre ellas mismas.
Ni la propia amante de Kayla (Margot Robbie) reaccionará delante de tal confesión; es que ni cuando la propia Kayla es acusada sexualmente no se preocupa de su salud mental, sino que no quiere que nadie se entere de lo que ha hecho para escalar posiciones (al menos el desenlace es relativamente positivo). Nadie querrá ser la voz cantante por puro miedo a perder su trabajo, sin importar dónde queda la ética, los principios, la dignidad.
En El Escándalo, Roger Ailes es el malo de la historia, por supuesto, pero también lo son todos los que han permitido que sea así durante el tiempo, los que han callado. Solo una mujer se atrevió a dar el paso y su futuro quedó condicionado. En mi opinión, es un poco por donde van los tiros: la película de Jay Roach lanza un doble mensaje: por un lado, el de denunciar públicamente al depredador sexual que fue Roger Ailes, y por otro, el de criticar un sistema hecho sin una pizca de ética.
Si bien es cierto que El escándalo cumple muy bien con su objetivo, el de retratar el funcionamiento podrido de una de las industrias más poderosas del mundo, también cabe mencionar que a nivel de guión podría haber sido más exigente. La narración está bien estructurada, aunque empieza con un estilo de semidocumental que luego cuesta mantener. Sin embargo, lo importante es que el resultado es bueno y la película merece la pena, sobre todo por las grandes interpretaciones de un trío poderoso de mujeres.
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