John Steinbeck fue un escritor americano ganador del Premio Nobel de Literatura el año 1962 por su “escritura realista e imaginativa, combinando el humor simpático y la aguda percepción social”. A pesar de que su reconocimiento fue duramente criticado por otras influencias literarias, es cierto que Steinbeck sigue siendo un autor aclamado, conocido principalmente por su obra Las uvas de la ira. En este post, os traemos la reseña de La perla, otro de sus libros más aclamados que podrás leerte en una sentada.
Sinopsis
En un pequeño pueblo pesquero, vive una familia modesta, pobre y humilde: Kiko, Juana y su pequeño hijo. A raíz de la picadura de un escorpión a Coyotito, la pareja buscará la perla más valiosa para venderla y poder curar al pequeño. Sin embargo, Kiko y Juana conseguirán una perla mucho más exorbitante de la que esperaban encontrar. A partir de este momento, se desatarán una serie de consecuencias a raíz de la nueva situación económica de la familia.
Reseña de La Perla
La Perla es una historia de 125 páginas que pueden leerse perfectamente en un día. Su carácter oral nos hace leer la novela como si de un cuento se tratara: vocabulario sencillo, trama fácil y abundancia de diálogos. Una historia breve con moraleja final, con la forma de un relato oral ideal para contar en una noche estrellada alrededor de una hoguera.
La Perla guarda similitudes con la popular historia de El viejo y el Mar de Hemingway: ambas se desarrollan en un pueblo pesquero, con este oficio como protagonista, y nos presentan una breve trama que nos deja reflexiones éticas y existenciales al final de la historia. Sin embargo, es cierto que Steinbeck emplea una prosa mucho más básica y accesible, lo cual explica que sea un libro popular entre escuelas: fácil de leer y entender, y además con el plus de la moraleja final para dar a los niños algo sobre lo que reflexionar.
Es cierto que la lección que nos deja La Perla no termina de ser del todo potente de la forma en como está presentada: el choque entre la clase pobre y la clase rica, y sobre cómo la percepción de la gente cambia según tu estatus económico. Por ejemplo, cuando el doctor solo quiere curar al niño cuando se entera de que tienen una perla con la que pagarle.
Para resumirlo, Steinbeck nos viene a decir, quizás narrado con demasiada superficialidad, algo así como «cuidado con el dinero que puede transformar a las personas; este bien está sobrevalorado, porque no siempre conlleva la felicidad que esperamos de él.»
Es un discurso y un tipo de narración que en el año 2020 ya no encaja del todo bien, pero la moraleja sigue siendo útil y eficaz para educar a los más pequeños. Como lector adulto, no es una pérdida de tiempo invertir tiempo en esta novela pero sin duda, habrá que leer más de Steinbeck para entender por qué ganó el Nobel de Literatura.
Si nos basamos solamente en esta obra, le falta profundidad y quizás roza demasiado el lenguaje infantil para ser merecedor del Premio , así que podríamos compartir la crítica del New York Times que decían que Steinbeck era un autor cuyo «talento limitado, en sus mejores libros, está diluido en filosofías de décimo grado».
Por otra parte, sería injusto juzgar al autor solamente por esta novela, del mismo modo que también lo sería criticarlo sin haber viajado en el tiempo. Es obligatorio leer una novela sin olvidar la época en la que fue escrita; en este caso, La Perla es un libro que es cierto que envejece mal pero que tiene mucho más sentido si la ubicamos en el 1947, año en el que fue publicado. Por lo tanto, le permitimos a Steinbeck que siga siendo un referente y que siga inspirando a muchos lectores a través de esta historia tan sencilla.
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