He tenido que esperar hasta final de año para dedicar tres horas a El lector. Y mi única pregunta es por qué. Por qué nunca antes había encontrado un momento, un mediodía largo, un domingo de confinamiento para leer esta obra que se ha convertido en una de mis favoritas de este año. Hoy os traigo una breve reseña de El lector de Bernhard Schlink, aunque seguramente llego bastante tarde y ya está todo dicho.
Es curioso que mi primera toma de contacto con Schlink no fuera a través de su obra más popular, tan aclamada tanto en papel como en película. Que, por cierto, tampoco he visto y no pasará de este fin de semana para que vea a Kate Winslet en su papel de Hanna. El primer libro que leí del autor, pues, fue Olga, cuya reseña podéis leer en este enlace: la narrativa de Schlink me convenció mucho, sobre todo esta sensibilidad con la que trata a su protagonista que da nombre a la novela, aunque la historia no me pareció nada del otro mundo. Fue un agrado descubrir al autor pero no lo suficiente como para despertar en mí el interés por leer más obras suyas. Pero quizás este fue el acierto: empezar con Olga y luego seguir con El lector, que me ha parecido una maravilla. Así la sensación final sobre el autor es más buena.
Si hay algo claro es que Schlink domina la escritura: es sensible y profundo, pero a la vez sencillo. No necesita escribir una novela de cuatrocientas páginas para que conectemos con los protagonistas ni para despertarnos determinadas emociones. No, él con pocas palabras -bien elegidas, eso sí- va a lo que va y lo consigue bien.
En el caso de El lector, si a esta habilidad le sumamos una historia de lo más conmovedora, tenemos un buen resultado. Lo que empieza con una misteriosa e impactante trama de amor entre Hanna, una mujer en sus treinta, y un joven adolescente de solo quince años, pronto nos lleva a un futuro cercano donde los secretos de Hanna saldrán a la luz y en el que Michael se verá más implicado de lo que se hubiera imaginado. Hasta el final.
Como modo de anécdota, me hace gracia porque hace relativamente poco leí The only story de Julian Barnes. Si la habéis leído, también empieza con una relación poco convencional entre una mujer mayor y un joven sin inexperiencia (aunque no tan exagerado como en El lector). Es divertido y fascinante ver cómo dos grandes autores han coincidido en un inicio, en estas primeras páginas donde se nos presenta la trama, pero pronto cada uno elige un camino totalmente distinto. La rareza y autenticidad de cada historia de amor y dolor, y el talento de cada escritor.. Sin embargo, también he visto un sutil parecido entre ambos autores en su forma de expresar estos sentimientos, con la gran diferencia de que Barnes es el maestro de la narración en primera persona y esto es innegable.
Poca queda por decir de esta reseña de El lector: una breve obra de menos de doscientas páginas para devorar en un solo día. Tanto para el público más exigente como para aquellos que buscan leer algo bueno, El lector es una apuesta segura cuya historia te va a calar fuerte: tiene emoción, tiene historia, tiene sorpresas y secretos. Y además, dicen por ahí que la película es buena. Esto todavía queda por confirmar.
¡Y feliz año nuevo!