Aunque muchos de vosotros seguramente visteis The Mandalorian cuando se estrenó en Estados Unidos, aquí una presente que ha esperado pacientemente a que Disney+ llegara a España. Así que «oficialmente» tampoco llego tarde para hacer la crítica de The Mandalorian; de hecho todavía siguen estrenando un episodio cada semana (si lees esto a finales de abril). Dicho esto en defensa propia, ahora procedo a informaros que esta crítica es probablemente una impopular. Porque, honestamente, The Mandalorian es mala y no ha cumplido con las expectativas.
Desde hace un par de años, se ha puesto de moda esto de hacer remakes de clásicos o de sacar spin offs de las películas más exitosas. No es casualidad que el estreno de la plataforma Disney+ tenía que incluir algo en su catálogo para volver al fandom loco y ganarse unas cuantas suscripciones inmediatas. Sin duda, la serie de Star Wars sonaba monumental, dirigida y creada por el omnipresente Jon Favreau.
La idea prometía y mucho: un viaje nostálgico por los escenarios que formaron parte del Universo de Star Wars, y la simple idea de ver algún tipo de conexión con los clásicos de George Lucas era realmente atractiva. Además, fichan a Pedro Pascal, la estrella de los actores latinoamericanos, para protagonizar la serie. ¿Qué podía salir mal? Pues el resultado final no me ha convencido nada. Pero nada de nada.
Baby Yoda, el protagonista de The Mandalorian
Estaréis de acuerdo conmigo que lo único salvable de la serie, lo que ha hecho que The Mandalorian alcanzara el éxito que ha tenido, es “Baby Yoda”. La criatura es adorable y divertida, y el espectador se rinde ante sus expresiones faciales y sus torpes movimientos. Compro la existencia de Baby Yoda, aunque volvemos a la típica jugada de Disney: es un personaje creado únicamente pensado para el merchandising. Bueno, esto lo han conseguido: es uno de los muñecos más vendidos de la historia de Disney. Aquí han hecho un magnífico trabajo, el de encontrar el punto débil del fandom de Star Wars. Así, pues, Baby Yoda es, sin duda, la estrella de The Mandalorian, el protagonista de todos los memes en Twitter y la nueva figura que llenará las habitaciones de los más frikis. Mini punto para The Mandalorian (lo bueno hay que decirlo).
Un viaje espacial sin sentido
Después de alabar a Baby Yoda, hay varias razones por las que The Mandalorian no ha estado a la altura de lo que prometía. A pesar de que la serie viaja por distintos de los planetas de Star Wars y vemos sitios familiares, no se crea un entorno de nostalgia y melancolía. Quizás es por la artificialidad general de la serie, que a mi parecer es todo demasiado forzada, el espectador no conecta con estas emociones del pasado. Es aquí donde se desbanca el principal objetivo de The Mandalorian: transportarnos al Star Wars de siempre, pero no es así, se ve como una serie lejana y distinta.
Siguiendo con esta crítica The Mandalorian, el otro problema principal es que es insípida. No despierta ningún tipo de emoción; solo un sentimiento efímero de afecto cada vez que aparece Baby Yoda en pantalla, pero por el resto es una serie totalmente inexpresiva. Entiendo que es parte de la historia que el Mandaloriano deba ir siempre con la armadura puesta pero no sé hasta qué punto este hecho ha perjudicado a la serie. Acostumbrados a un Pedro Pascal libre y carismático, reducirlo tanto a un personaje que ni podemos ver me ha parecido una extraña decisión. Encima ninguno de los dos personajes protagonistas – el Mandaloriano y Baby Yoda – habla. Se han ahorrado un dineral en guión porque es casi inexistente, y el que hay es realmente malo. ¿Cómo se supone que podemos conectar con un protagonista si ni vemos sus expresiones ni le damos más libertad para dialogar? El Mandaloriano no es ni misterioso, es lejano.
Finalmente, sobre el argumento de la serie. Si bien es cierto que los dos primeros episodios prometían una buena historia – el de la búsqueda y captura del Baby Yoda, esta pequeña criatura misteriosa – la trama principal se va desdibujando a medida que avanza la historia. Nos encontramos con pequeñas historias que no están nada integradas en el conflicto inicial, que en mi opinión era el más interesante. Son episodios que desarrollan una trama independiente de un modo superficial y muy forzada; episodios que si los borraramos estaríamos en el mismo lugar y no nos hubiéramos perdido absolutamente nada. No entiendo la fórmula, la necesidad de meter tramas insignificantes por el medio y alejarse tanto del camino principal. De vez en cuando tiene lugar una persecución o un amago de llevarse a Baby Yoda, pero es mínimo y no resuelve ninguna pregunta. Tendré que esperar los dos últimos episodios, a ver cómo lo resuelven.
Conclusión
Poco queda por decir en esta crítica de The Mandalorian. Consciente de que mi opinión no será la más común, The Mandalorian es para mi una creación demasiado artificial, hecha con prisas y pensada exclusivamente en las ventas de merchandising y en volverse viral en redes sociales. No he visto ningún esfuerzo por hacer algo extraordinario, y en muchas ocasiones la serie se ve incluso cutre. No tengo nada que decir sobre los efectos visuales y la fotografía, que cumplen con su misión, pero no compensan el resto de carencias. Honestamente, una decepción. Me siento mal por opinar así de una producción protagonizada por Pedro Pascal pero bueno, haberlo hecho con un poco más de amor.
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