Everybody’s talking at me
I don’t hear a word they’re saying
Only the echoes of my mind
La famosa canción de Harry Nilsson acompaña al clásico de 1969, ganadora del Oscar a mejor película y dirección (John Schlesinger). El guión es de Waldo Salt y está basado en la novela homónima de 1965 escrita por James Leo Herlihy, por la cual también se llevó el Oscar a mejor guión adaptado.
Quizás es un poco tarde traer ahora la crítica de Midnight Cowboy pero gracias a plataformas como Filmin, el cine clásico es más accesible y es una magnífica ocasión para descubrirlo. Midnight Cowboy es una tragicomedia muy redonda, que nos llevará de la comedia al drama gradualmente, y sin intentos de ser pretenciosa.
Sinopsis
Joe Buck (Jon Voight), joven y soñador del interior de Estados Unidos, el encanta verse como un cowboy de exhibición y se traslada a Nueva York, donde comienza a trabajar como gigoló seduciendo a mujeres maduras y ricas de Manhattan. Sin embargo, el mundo cosmopolità de Nueva York no es como Joe se había imaginado y pronto verá que hay muchos más obstáculos de los que creía. Allí conocerá a Rico “Ratso” Rizzo (Dustin Hoffman), un timador que lo quiere estafar pero quien, sin saber muy bien por qué, se convertirá en su gran amigo y su intento de “manager”.
Crítica de Midnight Cowboy
Midnight Cowboy es un drama crudo y realista que, a pesar de contar con escenas humorísticas y un dúo de lo más divertido, es una película triste: el director Schlesinger critica el “sueño americano”, de estos años 60 que empezaron a convertir Nueva York en una ciudad caótica que nunca duerme. A través de la historia de dos personajes que no encajan en esta nueva sociedad retrata un Manhattan no hecho para cualquiera: por un lado, Joe Duck, con su traje de cowboy contrasta con los vestidos caros y los trajes de la Quinta Avenida; parece haber viajado al futuro en una máquina del tiempo y sus intentos para ganarse la vida como gigoló terminarán pronto cuando poco a poco se vaya dando cuenta de que la nueva gente cosmopolita no está dispuesta a colaborar, sino todo lo contrario.
Por otro lado, Rico, un personaje de lo más auténtico, es un marginado de la sociedad que sobrevive gracias a sus fantasías diarias de tener un futuro mejor. Ambos se recrearán inocentemente en un futuro ideal compartido, convencidos de que hay esperanza, mientras Manhattan avanza a un ritmo apresurado. La ciudad, pues, es el tercer protagonista de Midnight Cowboy que nos hará ver el aislamiento que sufren ambos personajes, siempre en la calle y sin ser conscientes todavía de su marginación.
Sin duda, el dúo protagonista es de lo mejor de la película y cómo gradualmente pasamos del humor al drama, aunque este último género siempre ha estado presente a lo largo de la película sin casi darnos cuenta.
Algo que se echa de menos del cine clásico es que no había una necesidad de alargarse; en menos de dos horas, Midnight Cowboy es capaz de contarnos una historia redonda con planteamiento, nudo y desenlace de la forma más completa, sin escenas innecesarias, tramas prescindibles o personajes secundarios vacíos. Cada secuencia de la película aporta. Esta práctica se ha ido perdiendo con el tiempo.
En conclusión para terminar esta crítica de Midnight Cowboy: se trata de una película que no envejece y que sigue representando la realidad de las grandes ciudades. Gente no integrada en la sociedad que se aferran a sus propios sueños con esperanza que, desafortunadamente,muchos no logran cumplir. Magnífico descubrimiento.
Os dejo con la canción Lay, Lady, Lay de Bob Dylan, cuya canción también se iba a incluir en la película pero por un tema de timings no pudo ser:
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Muy de acuerdo con la crítica! Es un peliculón, con unos actores magníficos. Dustin Hoffman, siempre solvente y convincente, John Voight (padre de Angelina Jolie), conmovedor. Esta película muestra la cara B de una ciudad como Nueva York, en una época de grandes películas, cuando todavía los directores marcaban su impronta de autor y no estaban marcados fuego por el productor para hacer caja. Y la BSO, inolvidable. Gracias por traer clásicos!
Peliculón como hay pocos. Muchas gracias por refrescárnoslo, Iona 🙂