Sin duda, WATCHMEN es de lo más interesante del panorama seriéfilo ahora mismo. El catálogo de HBO no es tan extenso como el de otras plataformas como Netflix pero puestos a comparar, el duelo calidad versus calidad ya sabemos cómo va.
La nueva serie de HBO nace como un spin off, si así podemos llamarlo, de la película de 2009 adaptada de los cómics de Alan Moore. A estas alturas, WATCHMEN ya ha lanzado cinco episodios y hay tantas tramas todavía por resolver, que la crítica de la serie la haremos al finalizar esta. De momento, nos ponemos a analizar otro aspecto muy interesante: sus protagonistas femeninas, Angela Abar y la Agente Blake ( y ahora habrá que ver la evolución de Lady Trieu…).
Superheroínas sin pantalones de cuero
Es común en los cómics y también en sus adaptaciones televisivas que la figura de la superheroína no pueda evitar caer en la sexualización. A pesar de dotar a nuestras superheroínas de poderes fascinantes y grandes valores, todavía hay esta tendencia de meterlas en pantalones de cuero o faldas cortas y por supuesto, que la actriz que las interprete no pase de los treinta y pocos. Los ejemplos más evidentes son los universos creados por Marvel y DC: Capitana Marvel, Black Widow o Wonder Woman entre otras han marcado el patrón de cómo una superheroína debería ser. Pero aquí ha llegado WATCHMEN para derrumbar esta idea.
El aspecto de la edad es más importante de lo que creemos. Regina King (Angela Abar) de 48 años y Jean Smart (Agente Blake) de 68 años son las protagonistas de esta serie de superhéroes y de este modo, se alejan de los estereotipos estúpidamente consensuados. Angela Abar y la Agente Blake están aquí para hacerse respetar con su veteranía, su profesionalidad y sus habilidades, y así lo consiguen de manera increíble, sin necesidad de asociarlas a un cuerpo y a la juventud.
Como bien explicamos en esta publicación de los Oscars, la media de edad de las mujeres en recibir un Oscar es de 31,1, frente a los 43,1 de ellos. Aquí hay una doble lectura: se las reconoce antes, quizás, pero también hay una voluntad de quitárselas de encima más deprisa: el mismo estudio realizado por Colgate University también demuestra que el envejecimiento no tiene un efecto negativo en el salario de los hombres hasta los 49 años, en cambio, este llega sin piedad a los 44 años para las mujeres.
Por lo tanto, el tema de la edad, asociado al atractivo físico, es algo que no debería ser trascendente ni marcar diferencia entre géneros, y bien hace WATCHMEN de cargárselo de un tiro. La serie apuesta por dos actrices que se alejan del patrón marcado y el resultado son dos personajes simplemente impresionantes que despiertan en la audiencia, sobre todo femenina, la admiración más sana.
Mujeres independientes
Otro aspecto a destacar de nuestras protagonistas de WATCHMEN es que su trama no está ligada a una relación amorosa. A menudo se da por hecho que tiene que existir una relación que coloque cierta dependencia en las mujeres protagonistas, como si no pudieran tener una trama independiente.
Nuestra Angela Abar tiene marido pero no es importante para la trama. No la hace emocionalmente más vulnerable como se espera algunas veces. O bien la Agente Blake, conocida anteriormente como Laurie Juspeczyk, tiene un pasado con Watchmen pero del mismo modo, no tiene una influencia en su historia.
WATCHMEN es una serie arriesgada en su mejor sentido, que ignora estos estereotipos estúpidos de la industria del cine y el resultado es excepcional. Da una nueva perspectiva de las series de superhéroes a través de cargarse el patrón de los protagonistas que estamos acostumbrados a ver en este género. Esperemos que siga a la altura y quedamos a la espera de finalizar la temporada para traer la crítica de Watchmen (2019).
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