¡Alto! Si no has leído El Problema de los tres cuerpos de Cixin Liu, quizás no te interesa mucho este post, ya que El Bosque Oscuro es la segunda parte de esta fantástica trilogía de ciencia ficción. Así que te sugiero que leas primero a este post, a ver si te convenzo para empezar esta triología.
Ahora sí, vamos allá. El objetivo de este blog es obligar a todo aquel que leyó El problema de los tres cuerpos a seguir con la segunda parte porque como puedes ver en el título, El Bosque Oscuro mejora con creces y es mucho más adictivo que la primera parte. Así que si no te convenció mucho El Problema de los tres cuerpos, dale una segunda oportunidad porque lo merece. Me satisface ver otras reseñas y descubrir que todo el mundo opina igual que yo.
Hago hincapié en no abandonar la saga porque no sé si estaréis de acuerdo conmigo pero yo terminé El problema de los tres cuerpos con un sabor un poco agridulce: aunque me fascinó la historia, es cierto que me perdí un poco con el final. La revelación final de la invasión alienígena, para mi gusto, se desveló de una manera demasiado rápida, dejando demasiadas preguntas al aire y tramas por ligar de una forma un poco confusa. Afortunadamente, era solo una cuestión de tiempo, ya que en El Bosque Oscuro se recuperan todos los temas y se resuelven a la perfección.
El Problema de los tres cuerpos es simplemente un prólogo en comparación a El Bosque Oscuro. Y es que esta segunda parte viene mucho más cargada de acción y emociones extremas, mientras que la primera entrega, si os acordáis, mencioné sobre todo el buen trabajo de Cixin Liu en unir historia y ciencia ficción. De hecho, fue lo que más destaqué de esta primera parte: la habilidad de Cixin Liu para encontrar la unión perfecta entre realismo histórico y ciencia ficción. Podríamos decir, pues, que la primera parte es una contextualización del problema en la época real de la Revolución Cultural china, mientras que El Bosque Oscuro olvida definitivamente la historia de China y presenta una sobredosis de ciencia ficción. Olvida la historia, sí, pero lo que no olvida Liu es el realismo que tanto me fascina y esto es algo que los lectores exigentes agradecemos: no es una historia de ciencia ficción donde todo es posible, donde los problemas se resuelven por arte de magia porque hay una máquina de tecnología avanzada que lo resuelve todo en cuestión de segundos y donde hay un malo y un bueno que luchan por un objetivo común. Mientras que en El Problema de los tres cuerpos el realismo venía por su contexto histórico, ahora viene a través de las dificultades técnicas y obstáculos que presenta la misión final de la novela: la lucha contra Trisolaris y su invasión alienígena.
Punto aquí para Cixin Liu por su gran conocimiento de la causa científica y tecnológica. No creo que todos los autores sean capaces de hacer lo que consigue Liu, de hablar del tema – que digo hablar del tema: desarrollar una historia entera – como si su trabajo fuera el de un astrónomo o científico y no un escritor.
Por ejemplo, cuando lees un libro de Dan Brown, en mi opinión ves como el escritor ha estudiado a propósito ciertos temas de la historia del arte para poderlos escribir luego, pero la sensación con Liu es distinta: el conocimiento que plasma en sus páginas no es para nada forzado. Es como si llevara toda la vida ejerciendo de científico y esta fluidez se nota y dota a la historia entera un realismo sorprendente.
Como bien comentaba, en El Bosque Oscuro el realismo esta vez viene a través de las dificultades técnicas que presentan las misiones. El claro ejemplo es el Proyecto de los Vallados: Liu se pasa casi el libro entero definiendo las estrategias de cada uno de las Vallados y de golpe, cuando Luo Ji despierta de su hibernación, el Proyecto Vallado queda cancelado. Aunque se recupera luego, lo que quiero enfatizar aquí es el realismo de cómo un proyecto que se ha trabajado a lo largo del libro, que en tiempo real hablamos de más de 300 años, Cixin Liu no tiene reparos en decir “el proyecto no funciona, debemos pararlo”. Un trabajo de tantos siglos para que luego el autor te lo saque del medio en una página. Esto es realismo: proyectos científicos de alta dificultad que conllevan siglos de creación y desarrollo sin tener la certeza de que vayan a funcionar.
Finalmente, mencionar que El Problema de los tres cuerpos fue criticado sobre todo por sus personajes planos y poco trabajados: aunque yo también tuve esta sensación, la historia era tan completa que no lo eché de menos. Pero es como si Cixin Liu también se hubiera dado cuenta de esto y en El Bosque Oscuro se nos presentan unos personajes mucho más desarrollados: conocemos las emociones, las debilidades, frustraciones y fortalezas de Luo Ji, su familia e inquietudes, sus errores. Este sería el personaje más trabajado y no es ningún misterio, pues, con el que más te identificas. Al menos para mi, su historia es la que más me gustaba leer, aunque también presenta mucho más a los otros vallados y al resto de personajes secundarios. En este tema, Cixin Liu ha presentado también una gran mejora.
Es un libro complicado. Tienes que pensar siempre a escala global porque se trata de la supervivencia del planeta y se presenta una sociedad dividida de cara a la invasión alienígena. El derrotismo evidente pone a la gente al límite y sus reacciones y decisiones son lo más importante en la historia de Liu: cómo querer salvar a la humanidad es hacer exactamente el contrario de lo socialmente aceptado o tomar decisiones extremistas en las que nadie deposita esperanza. Con el final del libro, todavía queda abierto el futuro de la humanidad y se ha desarrollado todavía más mi interés sobre el destino de Luo Ji.
Lo que más me ha gustado: el desarrollo del personaje principal y la fusión perfecta de ciencia ficción y realismo, gracias al conocimiento científico de Cixin Liu.
Lo que menos me ha gustado: hay algunas descripciones técnicas demasiado largas y difíciles de entender. Por suerte, Cixin Liu es consciente de ello y te lo contará tres veces de distintas maneras.
Nota: 8.5/10
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